martes, 9 de marzo de 2010

Reflexiónes sobre el papel de Hipatia en la liberación femenina de la actualidad

Como bien deben saber, este mes, marzo, es el mes de la mujer, por lo que esta ocasión publicaré una reflexión con respecto a una gran matemática y astrónoma helénica, así como una (muy breve) biografía. Esta gran mujer de la antigüedad es nada más y nada menos que Hipatia de Alejandría.
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Hipatia fue una filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto, que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía, miembro y líder de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V. Seguidora de Plotino, cultivó los estudios lógicos y las ciencias exactas, llevando una vida ascética. Educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos que ocuparon altos cargos, entre los que destaca el obispo Sinesio de Cirene —que mantuvo una importante correspondencia con ella—, Hesiquio de Alejandría y Orestes, prefecto de Egipto en el momento de su muerte.
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Hija y discípula del astrónomo Teón, Hipatia es la primera mujer matemática de la que tenemos un conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios —instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste— e inventó un hidrómetro.
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Su carácter singular de mujer entregada al pensamiento y la enseñanza en plena Tardoantigüedad, su fidelidad al paganismo en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado, y su muerte a manos de cristianos le han conferido gran fama. La figura de Hipatia se ha convertido en un verdadero mito: desde la época de la Ilustración se la presenta como a una "mártir de la ciencia" y símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del Cristianismo. No obstante, en la actualidad se destaca que su asesinato fue un caso excepcional y que, de hecho, la escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, floreció hasta pleno siglo VII.
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Pueden checar toda la información de esta mujer por medio de la omnisciente Wikipedia, pero yo puedo decirles algo. Ella es un ejemplo que en mi opinión cada mujer debería seguir. En una sociedad donde a la mujer se le impone la frivolidad y el consumismo como sus rasgos ineludibles, como una especie de virtudes que deben cultivar, como un acartonado estereotipo de cual no deben salir, es importante que desarrollen un pensamiento crítico, así como un deseo de saber más y de no dejarse someter ante nadie, ya sea hombre o mujer. La mujer debe de luchar siempre por su libertad y por sus propios ideales.
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Hipatia fue una mente muy brillante, una persona que estaba adelantada pero por mucho a su tiempo. Ella era la profesora de un selecto grupo de pensadores, casi todos hombres, los cuales fueron personas muy notables en su tiempo, y esto ocurrió en lo que se podría llamar la pubertad del cristianismo, donde el machismo y la misoginia eran muy fuertes. Y si bien esto fue causa de su muerte, su nombre ha trascendido a lo largo de la historia, hasta el punto de que los mismos hombres la admiramos.
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¿Y por qué la admiramos, hombres y mujeres por igual? Porque ella fue más allá de las barreras de ser hombre o mujer. A ella le vino valiendo madres el que fuera mujer, o el que no fuera hombre. Ella era parte de la especie humana, era un Homo Sapiens, y como tal, como humana, supo que su deber era el cultivar su mente con el conocimiento que tenia a la mano (que era mucho, ya que era la directora de la segunda biblioteca de Alejandría).
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Otra cosa, y esta va dirigida especialmente para las locas feminazis: No sean tan pendejas. Si, las mujeres merecen los mismos derechos y oportunidades que los hombres, y si, tienen las mismas capacidades que los hombres (y me atrevo a decir que tienen otras muchas tantas de las que los hombres carecemos, como un amplio margen de resistencia al dolor, por ejemplo), pero por el amor de Cthulhu y del Monstruo de Espagueti Volador, sean razonables y coherentes con aquello que piden y defienden. Si de verdad quieren defender sus derechos, eliminen de una vez por todas esas frivolidades que subliminalmente se les ha querido imponer, y esa arrogancia con la que dicen que no necesitan de los hombres, porque eso no es cierto. Hombres y mujeres necesitamos unos de otros para poder fortalecer nuestras cualidades y sopesar nuestras carencias. Propongan ideas coherentes para que este respeto sea efectivo. No discriminen ni insulten y maltraten a los hombres, porque en ese caso estarán cometiendo los mismos errores que los machistas pendejos han cometido a lo largo de los siglos. El hecho de que se intercambie el papel de la víctima y el victimario no hace que el maltrato y la discriminación dejen de ser eso.
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Y de igual manera, para todos aquellos que aún tiene la inocente idea de que la religión es amor y de que protege a la mujer, solo tienen que leer en la biografía de Hipatia en Wikipedia, o en la entrada anterior a esta en el blog, o en la segunda entrada que escribí sobre el Australopiteco Esteban Arce la suerte de Hipatia: Apedreada por una horda de fanáticos religiosos, dirigidas por el monje Cirilo, quien tiempo después fuera Papa, y tras su muerte fuera canonizado. Las tres religiones de Abraham, judaísmo, cristianismo e islamismo se han caracterizado a lo largo de la historia por su misoginia y maltrato constante al género femenino, al relegar a la mujer al papel de máquina de bebes y esclavas del hombre, o más descaradamente, al de mercancía, al ser comparadas en Levítico con ganado. Incluso si le echamos un ojo al libro del Génesis de la Biblia (ese que los loquitos creatas usan pa’ defender sus pendejadas) podemos ver que según esto, la mujer fue creada a partir del hombre, cuando en todas las religiones politeístas anteriores al judaísmo, podemos ver que el principio generador de todo es la mujer, debido a su capacidad de dar a luz. De ahí que el parto fuera deificado por medio de las diosas madres, como Rea o Ishtar, entre un chingamadral más. Menciono esto porque es muy cagado ver como muchas feminazis son irónicamente muy devotas a las religiones principales (menos el islamismo, porque esa sería una muestra de estupidez muy evidente).
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Así que para concluir con esto, recuerden, tal vez fisiológicamente hombres y mujeres somos diferentes, pero en el plano intelectual, laboral y social, somos individuos que poseemos las mismas capacidades, y como tal, debemos de gozar de los mismos derechos y oportunidades para poder desarrollarnos no como hombre o como mujeres, sino como SERES HUMANOS.
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Sir David von Templo, Cambio y Fuera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

quien haya elaborando este escrito, en su parte final tiene una pifia garrafal, de mente retorcida,pues en libro de genesis y levitido como despoticamente se refiere no son pendejadas, es que esa persona, no tiene comprension de lectura y la estupides esta en cada una de sus celulas, porque le rinde mas derechos al mundo, que a aquel los creo. Y TODAVIA HABLA DE DERECHOS HUMANOS.