lunes, 29 de marzo de 2010

Sobre los ideales estéticos actuales y su influencia en la sociedad en general y las mujeres en particular

Como aún estamos en marzo, y este ha sido declarado el mes de la mujer, y ya que la igualdad de derechos es algo que cualquier persona de cultura de mediana a alta que se precie debe defender y respetar (O mejor dicho, es algo con lo que todos deberíamos estar de acuerdo por default) pues el día de hoy voy a tocar un tema que a las mujeres debería importarles y bastante. A lo que me refiero es al acartonado estereotipo que esta sociedad capitalista, doble moralista e hipócrita intenta venderles y meterles en la cabeza, más concretamente, a los ideales de belleza que se les han vendido desde hace ya más de medio siglo, los cuales son, desde mi muy humilde punto de vista, misóginos, y que curiosamente, muchas feminazis ignoran, ya sea consciente, o inconscientemente.
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Aclaro, cuando digo feminazis, no me refiero a todas las feministas, ya que muchas de ellas son mujeres sabias y de mucha cultura, que han recibido a lo largo de su vida tratos violentos, desde golpes y violaciones por parte de sus maridos o familiares, hasta discriminación y frialdad de trato por parte de las personas con las que conviven. No, yo me refiero a un selecto grupo de mujeres que durante sus campañas a favor de la mujer son violentas, no están dispuestas a debatir, son cerradas a la crítica, y muestran una intolerancia hacía todos los hombres (independientemente de que sabemos que muchos nosotros no somos como los maricones cobardes y canallas que abusan y golpean a las mujeres), y que de manera irónica, las vemos yendo a tiendas departamentales comprado lo más “in”, leyendo publicaciones como la Cosmopolitan o Vanidades, viendo las intelectualmente insultantes telenovelas de Telerisa y TV Apesta, y un sinfín de otras actividades que hombres y mujeres por igual, de intelecto más nutrido y con una curiosidad más fuerte, han deducido, bastante bien en mi opinión, que son muy denigrantes para la imagen de la mujer moderna, quien ha tenido que luchar, y de hecho sigue luchando, para que de una vez por todas, se eliminen de su imagen esos prejuicios y estereotipos como lo son su supuesta frivolidad, consumismo o libertinaje que las religiones y la cultura de consumo les imponen y que no permiten su desarrollo como seres humanos plenos, en los campos físico, intelectual y espiritual.
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Antes que nada, voy a intentar definir lo que es un ideal estético. Para poder entender el concepto, primero debemos entender lo que es la belleza ideal. Cuando hablamos de una belleza ideal hablamos de una entidad que es admirada o que posee características con las cuales una persona puede atribuirle una perfección. Luego entonces, cuando hablamos de un ideal estético, nos referimos a un conjunto de características que le atribuimos a un “ente perfecto” y que deseamos alcanzar, a sabiendas de que nunca llegaremos a ser como ese “ente perfecto” que es totalmente bello.
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Ahora, cualquier persona sensata, tras leer esta definición preguntaría: “Bueno, si se supone que un ideal estético son los rasgos que nos harán visualmente más atractivos ¿Cuál es el problema entonces?, digo, si se supone que la belleza va de la mano con la salud, ¿o no?”. El problema es que al leer la definición de lo que es un ideal estético, nos damos cuenta que es algo muy subjetivo, ya que lo que una persona puede considerar bello, a otra le puede parecer algo muy pinche espantoso. Por ejemplo, para los antiguos mayas el estrabismo (el estar bizco) era considerado algo bello, pero para una persona de la época actual, el estrabismo no es para nada hermoso. Otro ejemplo: en muchas tribus africanas, con el fin de verse atractivos, usan perforaciones y expansiones con la forma (y el tamaño) de un plato en partes como las orejas y en los labios, y eso es lo que ellos consideran bello, mientras que si al mexinaco promedio le muestras una foto de estas personas exclamara un sonoro “¡Puta Madre!”.
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Pues bien, a lo largo de la historia de la humanidad nos hemos dado cuenta de que el concepto de belleza que las civilizaciones y pueblos establecían diferían mucho con los ideales de otros pueblos contemporáneos, y ni que decir con los ideales de belleza actuales. Entonces ¿Cómo es que podemos decir que el ideal de belleza actual está equivocado? Muy sencillo. Podemos hacerlo gracias a nada más y a nada menos que LA CIENCIA. Fue gracias a la ciencia, más concretamente a la anatomía y medicina, que descubrimos cuales son las características que debe de tener un cuerpo sano, cual es el peso que debe tener un individuo de determinada estatura para que sus funciones vitales no se vean comprometidas, entre otros factores, como la salud de la dentadura (los dientes blancos se ven bien porque sabemos que a la de a huevo deben de estar libres de bacterias o sustancias que los ensucian), el brillo del cabello (un cabello brillante es señal de un cuerpo con un buen balance electrolítico), una piel tersa (indica que el cuerpo está bien hidratado), entre otras características, que actualmente consideramos bellas porque son un reflejo de que nuestra salud está bien.
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Gracias a las investigaciones científicas, hemos descubierto que de acuerdo a la estatura de una persona, se corresponde un peso de la misma que es proporcional a la altura, de manera que las funciones vitales del cuerpo no se vean comprometidas. Existe una pequeña ecuación para calcular tu peso ideal en base a tu estatura, y esta ecuación es conocida como Índice de Masa Corporal. Es gracias al Índice de Masa Corporal que los doctores pueden calcular si una persona padece sobrepeso o desnutrición.
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¿Y a qué vino toda la información anterior? Si nos damos una vuelta por las tiendas departamentales como Suburbia, Liverpool o El palacio de Hierro, gigantescos baluartes del consumismo, el capitalismo y la frivolidad, podemos darnos una idea de el ideal estético que se le pretende vender a las mujeres: tallas ceros, vestidos entallados y ajustadísimos que cualquier persona normal e inteligente pensaría al verlos “Chingada madre”.
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Díganme ¿Es normal tener un cuerpo como este?
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Desde la década de los 60’s, el ideal estético femenino que se ha impuesto es el de que las mujeres deben de tener una delgadez extrema para que de esta manera puedan ser socialmente aceptadas. Esto origina a que las mujeres, adolescentes principalmente, al no cumplir con ese ideal de belleza, entren en un estado de depresión e intenten cumplir ese ideal de belleza con acciones que dañan su salud, como el vomitar para eliminar la comida que las hace ver “gordas”. De ahí derivan dos enfermedades que han alarmado a padres de familia, y a los doctores por igual: la anorexia nerviosa y la bulimia. Lo más cagado del asunto es que el ideal de belleza en cuestión no fue impuesto por mujeres sino por hombres, muchos de ellos homosexuales. Si, ya sé que hable de la igualdad de derechos de los homosexuales, pero menciono esto para que se den cuenta de que gente deleznable hay de todos los colores y sabores, y de que el hecho de que un hombre sea gay, no lo hace defensor de las mujeres. De hecho, hay muchos homosexuales que son mas machistas que muchos heterosexuales, para que no se dejen llevar por el estereotipo de gay=afeminado.
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Y yo me pregunto ¿Vale la pena sufrir y hacerse daño con el fin de agradar a una sociedad hipócrita? ¿Vale la pena sufrir y hacerse daño con el fin de agradar a personas que no están dispuestas a ayudarte a menos que les convenga? ¿Vale la pena que tus seres queridos y la gente a la que realmente le importas te vean sufrir en un intento de agradar a personas a las que les vales algo así como el mojón que cagaron hace 3 meses? Obviamente no.
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En esta sociedad, donde la mayor parte de sus miembros son hipócritas y consumistas, donde no existe un sentido de crítica y un deseo de conocer por que las cosas están tan jodidas como están, es fácil que se den estereotipos sobre cómo deben ser las personas, sobre lo que debe hacer y debe tener para supuestamente alcanzar la aceptación y con eso la felicidad. Pero algo que se le olvida mucho a la gente es que para que las personas que realmente valen la pena te acepten, debes empezar por aceptarte a ti mismo, así tengas una piel blanca, nórdicos ojos azules y una blonda cabellera germánica, o estés mamadísimo, o estés delgado, o estés sabrosa, o estés morenito o morenita, o tengas la fisionomía de un insecto, si te sientes cómodo y seguro de cómo eres (y tu higiene es la adecuada, porque aun cuando estés saliendo con una persona güerita, si huele a ciertos fluidos, lo mandas a la verga), pues la gente va a decir “Este vato o esta chica tiene actitud”.
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Además, el ideal de belleza que se nos vende, no es acorde con la realidad, ni con la realidad biológica, ni con la realidad social. Un filósofo dijo una vez (no recuerdo si fue Nietzsche o Schopenhauer), y estoy seguro que todos los hombres van a afirmar lo que voy a decir, que a los hombres nos gustan las mujeres llenitas. Todo esto es biológicamente hablando. Unas caderas anchas representan un lugar optimo para el desarrollo de un bebe. Unos senos voluptuosos son una señal de que ese hipotético bebe estará bien alimentado, y varias cosas así. Claro, sobre gustos no hay nada escrito.
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Además, no por esto estoy defendiendo a la obesidad. Lo que yo defiendo es que existan mujeres y jovencitas que tengan autoestima.
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Así que, feministas y mujeres que buscan la igualdad de derechos, si desean que los hombres, no, que la sociedad entera escuche sus muy justificados reclamos, sus propuestas y exigencias, deben para empezar aceptarse a ustedes mismas. Y recuerden, un paso importante en esta lucha es que rompan con esos estereotipos, pero esa es una labor de toda la sociedad en conjunto.
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Sir David von Templo, Cambio y fuera.

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