viernes, 4 de febrero de 2011

Reflexiones sobre la educación del pueblo mexicano originadas por la poca comprensión de la teoría evolutiva.

En las entradas más recientes que se han publicado en este blog hable de un cristiano loco que suele dar conferencias a otros cristianos locos sobre la “controversia” entre el creacionismo y la evolución usando una bata de doctor, para darse un aire de ser un chingón, y que responde al nombre de John Pendleton. También hable de los problemas a los que nos dedicamos a la docencia nos hemos topado de un momento a otro, como la falta de atención, los pedagogos políticamente correctos, entre otros problemas que nos hacen la tarea de enseñar a las futuras generaciones muy difícil.
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Cuando uno estudia una carrera relacionada con las ciencias biológicas, es muy importante que el alumno entienda cabalmente la Teoría Sintética de la Evolución y la Selección Natural. De la misma manera en la que un físico teórico tiene que entender la mecánica cuántica, o un astrónomo tiene que entender la Teoría de la Gravitación Universal, y que la Tierra es redonda y gira alrededor del sol o un ingeniero debe de entender la física de los materiales o la física de la electricidad. La evidencia que apoya estas suposiciones es abrumadora. Cada cosa nueva que se descubre sirve para poner a prueba estas teorías, mediante la experimentación y el cálculo. Las teorías se adaptan, crecen, incrementan su rango de explicación, con cada nuevo descubrimiento. Con la evolución pasa lo mismo. Cada fósil desenterrado, cada nuevo genoma secuenciado, sirven para poner a prueba y reforzar la teoría de la evolución. Como quien dice, todo cuadra, como en un rompecabezas bien armado.
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Con esto entendido, uno supone que sin importar su religión, los estudiantes (y la gente de a pie para pronto) darían por cierta la teoría evolutiva. No me refiero a que crean en ella como con su credo, porque no se cree en las teorías, se entienden.
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Pero me he dado cuenta que muchas personas, sean o no cristianos locos, sean o no estudiantes aplicados, no entienden nada de la evolución. Solo conocen la frase “El hombre vino del mono”, y colorín colorado. Pero con solo decir la frase “El hombre viene del mono” el alumno no se entera de absolutamente nada. La evolución es un proceso más complejo que esa frase, y no se limita solamente a los seres humanos, sino a todas las especies animales, vegetales, bacterianas y demás. Para que una persona entienda que pedo con la evolución, se le tienen que enseñar desde otro enfoque, pero para eso es necesario cambiar el paradigma educativo de México. Con la propagación de las reaccionarias y derechosas sectas cristianas, es necesario hacer valer las garantías individuales más básicas (artículos del 1° al 29 de la constitución)
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Puede que parezca un chiste de mal gusto, pero creo que la mayoría de la gente entiende la evolución de la siguiente manera.
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¿Estoy exagerando? Pues solo pregúntenle a cualquier persona que veas caminando en la calle como entiende la evolución, y aún cuando no sepan ni qué demonios es Pokemon, su explicación se parecerá mucho a lo visto en el video.
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Y es cuando vuelvo a hacer hincapié en que es necesario cambiar el paradigma de la educación. Preocuparnos porque la educación sea efectiva, pero a la vez que dinámica. La memorización es importante en la educación, pero lo es más el comprender la información. Pero para que el alumno comprenda, tenemos que cambiar el paradigma que se tiene de la escuela. Y eso es algo muy complejo, ya que además de los problemas que mencione en la entrada anterior, hay que agregar la falta de interés del alumno. A todos como profesores nos hay llegado a hacer esa molesta pregunta de “¿Y eso para que me va servir en mi profesión?”, y les aseguro a todos mis lectores que se dedican a la docencia que esta pregunta se escucha más en las escuelas privadas. Y eso es porque la mayoría de los güeyes que van a las escuelas privadas no ven a su escuela como un lugar en donde aprender conocimientos prácticos para desenvolverse como profesionistas, ciudadanos y seres humanos funcionales, sino a un lugar donde van a hacer muchos amigos para tener muchos “contactos” y así les hagan “palanca” para entrar en alguna chamba. (Ya parece que harán amigos para compartir experiencias, filosofías, momentos agradables y problemas…) Y eso también pone en evidencia la ignorancia política-económica-social de los chavos. ¿Pero para que poner atención a esas cosas cuando la novela de las seis, o el partido de futbol, o el concierto del artista “rebelde” en turno es más interesante?
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Tantas, tantas cosas que hay que cambiar. Pero lo que me da esperanza y me mantiene optimista es que hay jóvenes en todo el mundo, que se interesan en la ciencia, y al parecer, cada vez son más los niños interesados (solo espero que ese incremento no se deba meramente al incremento de la población). Para que sepan un poco más de estos chavos, les paso el link
a un texto del buen Adrian Robles de Sin Dragones en el Garage
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Y solo para terminar esta entrada, me permitiré publicar este discurso presentado el 4 de junio de 2007 en el WTC por Carolina Aranda Cruz, que hoy tiene 14 años.
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A las personas de hoy casi no les interesa la ciencia; les interesa más el fútbol. Los periódicos pocas veces tienen notas de ciencia y la radio y la televisión casi nunca. Sólo publican cuando ocurre algo que no pueden ocultar, como cuando llegó a la luna Neil Armstrong.

Todos los días aparecen notas de fútbol, entrevistas con jugadores y hasta nos cuentan chismes de su vida: que si Galilea Montijo fue novia de Cuauhtémoc Blanco… pero no toman en cuenta que tenemos derecho a estar bien informados sobre ciencia. Y así como sabemos tanto de fútbol sabemos tan poco y tan mal de nuestros científicos que da pena. Ese es el caso de Guillermo Haro. Guillermo Haro, astrónomo mexicano, descubrió cometas y muchos cuerpos celestes y no cuenta siquiera con una biografía de esas que compras en la papelería.

He visitado nueve grandes librerías y ninguna tiene nada sobre él. ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo: gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, Los iPod, los simuladores.

Además, salvo en algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya no. Estoy segura que México es de los países que tienen algunos de los mejores científicos. Además nos hacen quedar muy bien. Son como los atletas paralímpicos que, sin apoyo, ganan medallas.

¿Por qué no apoyar una educación de excelencia? Tenemos derecho a ella. ¿Alguno de ustedes conoce a Guillermo Haro? Supongo que muy pocos. Y los que no, no tienen la culpa: cuando nuestro equipo de fútbol gana partidos de poca importancia hasta el Presidente los felicita y los entrevistan en todos lados. Cuando Guillermo Haro descubrió varias estrellas rojas y azules sólo lo felicitaron otros científicos…

Gracias a la ciencia calentamos en unos segundos la comida en el microondas, gracias a la ciencia nuestras madres no se pasan la vida lavando pañales. Estos inventos son resultado de las misiones al espacio. Por los científicos nuestra ropa es ligera y abrigadora. Por ellos podemos leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetros un partido de fútbol.

¿Les gusta la televisión a colores? Yo nunca conocí una en blanco y negro, y la televisión a colores fue invento del mexicano Guillermo González Camarena. Gracias a los científicos mexicanos podemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabrican los mejores lentes de astronomía.

Hace un año el Instituto de Astronomía de la UNAM envió a las Islas Canarias un instrumento de precisión para el que será el observatorio más importante del mundo. Tiene nueve lentes y 270 piezas…

Y mirar astros nos debe importar porque somos, como escribió Carl Sagan, “polvo de estrellas”, de allí venimos. Países desarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japón invierten mucho apoyo en ciencia. México cada vez invierte menos, y pese a ello contamos con grandes científicos como Guillermo Haro, que vivió y murió siendo un desconocido.

El premio Nobel de Química, Mario Molina nació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos. Por desgracia no es el único caso. Muchos jóvenes científicos hacen lo mismo.

¿No podría nuestro gobierno invertir más en educación? Tenemos derecho a una educación de excelencia.

Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor Universidad de Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia y educación siempre será un País pobre ¿Queremos un México pobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros Marios Molinas se vayan a otros países?
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Cuánta razón tiene esta chica…
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Sir David von Templo, Cambio y Fuera.

3 comentarios:

Nothingman dijo...

Es lo que nos contaba nuestro profesor de biología en la prepa, incluso él pensaba estudiar una maestría e irse a EUA a dar clases, por que aquí no lo tomaban en serio.

Me da coraje que seamos así, pero siento que nosotros como individuos no podamos hacer nada más que dejar nuestro ejemplo.

Esa es mi filosofía de vida [dice un amigo que es una filosofía individualista neoliberal, pero me vale XD], yo haré lo que tengo que hacer bien lo mejor que pueda y si mi ejemplo es ignorado será culpa de quienes lo hicieron, si es tomado en cuenta habré hecho dos cosas bien, lo que tenía que hacer y enseñarle a alguien a hacer las cosas bien.

Saludos.

Maik Civeira dijo...

No pudiste ilustrarlo mejor que con lo de Pokémon, jejeje

Anónimo dijo...

este blog es aburrido. le hace falta fútbol =(