lunes, 24 de mayo de 2010

Una "breve" comparativa entre México y Europa con respecto a la cultura vial, o de porque el transporte público y privado son una mierda

Si eres mexicano, lo cual es lo más probable, has de saber muy bien que uno de los mayores problemas que se tienen en este “bello” país, además de la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción y la influencia de Darth Benedictus y su corrupto Vaticano en nuestra soberanía, es la pésima cultura vial.
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Este tema no es para nada nuevo.
Muchos bloggeros antes que yo han reflexionado sobre esta problemática, ya sea mediante la ofensa de los comportamientos estúpidos de los conductores de transportes particulares, o mediante la comparación del transporte público aquí y en el Viejo Mundo (es decir Europa). En esta entrada, su segura servilleta hará un poco de ambas cosas, despotricara contra los transportes públicos y privados, usará muchas peladeces, y claro, la cereza del pastel será la comparación de nuestra cultura vial (y moral) con la del mundo civilizado.
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Comencemos pues. Aquellos mexicanos que habiten en la Ciudad de México (“cariñosamente” apodados defectuosos, chilangos o defeños) han de saber que en esta gigantesca ciudad las luces que emiten los semáforos no significan lo mismo que en el resto del país, o en el resto del mundo vaya. Mientras que en el mundo civilizado una luz verde significa “Arranca” y una luz roja significa “Detente”, aquí en el D.Fectuoso una luz roja significa “Todavía tienes 5 segundos, acelérate cabrón”, en tanto que una luz verde significa “Perate 5 segundos en lo que pasan los cabrones que se están chingando la luz roja para que no te vayan a meter un madrazo”.
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Ahora, que si este país en general y esta ciudad en particular estuviera habitada por gente pensante y racional, con miras al futuro y con deseos de competir como nación con las potencias más rompemadres del planeta, la gente frenaría completamente ante la luz roja, y aceleraría tan rápido como sus reflejos se lo permitieran ante la visión de una luz verde. ¿El evidente problema?, que la mayor parte de la gente no es ni pensante ni racional, sino que se transforman en unos completos Australopitecos cuando se colocan detrás del volante (creacionistas, quieren pruebas de la evolución del hombre, comparen el comportamiento del conductor chilango con el de un gorila en celo).
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Si se respetara el significado real de los semáforos, la gente seguiría llegando a los sitios que desea al mismo pinche tiempo que si no lo respetara, además de que se evitaría atropellar peatones que ni la deben ni la temen.
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Claro, si el problema fueran simplemente los semáforos, entonces esta entrada no tendría mucho sentido, así es que me paso al siguiente problema: los flashers. ¿Y eso con que se come o que fregados? Bueno, así se le llama a un fenómeno que es endémico de este país, principalmente de la zona del Área Metropolitana. Consiste en que puedes estacionarte en el carril derecho de una vialidad en doble o hasta en triple fila, aunque sea para comprar un pinche pastelito marínela, si y solo si dejas encendidas las luces intermitentes de tu automóvil. Cosa más pinche ingeniosa no se ha inventado desde los Lonchibons. ¿Que sería lo ideal en este caso? Pues obviamente no estacionarse ni en doble ni en triple fila, y si vas a bajar para algo, pues buscas un estacionamiento o un parquímetro, como se hace fuera de México, y caminas, pinche huevón. De esa manera evitas el tráfico y el ocasionar un choque.
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¿Y cómo olvidarnos del problema de las banquetas? Los transportes privados (es decir, los carros de los padres de familia clasemedieros o de los solterones más o menos adinerados, o más general, de los pinches nacos con dinero) suelan obstruir estas vialidades exclusivas para los peatones. ¿Y saben cuál es la ironía cruel detrás del asunto? Que la mayoría de las personas que se quejan de que los peatones no vayan en la banqueta son precisamente las que dejan sus vehículos obstruyéndolas. ¿Pues qué quieres? ¿Qué el peatón se trepe en tu carro y camine sobre la cajuela, toldo y cofre como si fuera el cuervo apático y de andar triste de los Looney Tunes? La solución: crear espacios para el trasporte privado, o más fácil, si no tienes espacio para estacionarlo, no compres un pinche auto.
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Pero el problema no ha finalizado aún. Tenemos que ver también los trámites. Lo único que una persona tiene que hacer para obtener su licencia de conducir (hasta hace apenas un año vitalicia, y ahora con duración de 2 a 5 años, creo) es formarse en una fila y pagarla. Aquí no es como en otros países donde tienes que hacer exámenes escritos para demostrar que conoces el reglamento vehicular, y pruebas de manejo para ver qué tal te mueves tras el volante. Aquí en este país puedes ser tuerto (y con eso ya careces de sentido de profundidad) y aún así puedes sacar una licencia de manejar. Esto también ocasiona que haya más automovilistas que peatones, y por ende, más tráfico.
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Y por supuesto, aún falta hablar del transporte público. En los países con mejor infraestructura, entiéndase La Unión Europea y los Estados Unidos (estarán muy pendejos los gringos, pero son eficientes en ese sentido), existe una cantidad grande de autobuses, trenes y subterráneos (como el metro), mientras que aquí no podemos tener trenes, debido a que eso afectaría los intereses de las compañías camioneras (manejadas por particulares) y de las carreteras de cuota (supuestamente, manejadas por el gobierno).
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Debido a que estamos más familiarizados con las combis y los peseros, es decir, el transporte dentro de la ciudad, pues hare la comparativa entre camiones mexicanos y los camiones europeos, como la que realizo Ego en
esta entrada
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Empecemos con el pasaje. Para empezar, en los servicios de transporte de los países europeos, no pagas el pasaje como lo hacen aquí, sino que compras tu boletito para subir al autobús en cualquier estanquillo o sitio donde los vendan. Ya que lo tienes lo sellas antes de subirte en el camión, o en una maquinita dentro del camión, pasas y te sientas en tu lugar. El conductor no checa tu boleto, sino un inspector que se sube periódicamente a algún autobús en alguna parada. El inspector puede o no subir al camión en lo que llegas a tu destino. Si no tienes boleto, o lo tienes sin sellar, te cobran una multa que puede ir de los 50 a los 600 euros. De mientras al conductor, el lugar de cobrar los pasajes, le pagan un sueldo fijo.
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En cambio, en nuestro país bananero, el conductor cobra los pasajes, con lo cual es un corrupto y un tranza y no les da descuentos ni a estudiantes, ni a personas de la tercera edad, ni a discapacitados, quienes se supone, no deberían pagar el pasaje completo (de hecho, se supone que los adultos mayores y los discapacitados NO pagan pasaje). Esto también ocasiona que cuando uno de estos vehículos (llámense micros, peseras o combis) van más o menos vacios, el conductor conduzca despacio aún en vías de alta velocidad, con el fin de encontrar cabrones que vayan a la ruta que cubre (literalmente, van mendigando por el pasaje). Esto también ocasiona que estos vehículos se saturen. Vemos como asientos que fueron diseñados para albergar cómodamente 3 personas de cualquier complexión física se deben llenar, por puros huevos del chofer, con cuatro personas, la mayoría obesas (recuerden que México es el segundo lugar en obesidad de adultos y primer lugar en obesidad infantil), con el único fin de que el cabrón chofer pueda obtener otros 7 miserables dineros. Ni que decir de los microbuses, donde los asientos, ideados para dos personas se llenan con tres, y donde su cupo máximo de personas en pie se duplica, generando una especie de bacanal en una lata de sardinas.
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En Europa, las paradas de los autobuses tienen lugares fijos, tanto para la subida como para la bajada. Si quieres tomar el autobús, tienes que ir caminando a una parada y esperar a que el autobús pase y se detenga en esa parada, en la cual de hecho, deben de detenerse. Si vas trepado en el camión, y te quieres bajar, presionas un botón, el cual le indica al chofer que hay uno o más pasajeros que se quieren bajar, y en la siguiente parada permitirá el descenso de pasajeros (que normalmente es por las puertas traseras del vehículo)
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Mientras que en nuestro país tercermundista, la gente hace la parada en el mismo pinche sitio en el que se encuentren paradas, sin importarles que con ello obstruyen el tránsito sobre la vialidad, o se detengan en zonas peligrosas. No importa que el camión haya hecho una parada en la cuadra anterior, o incluso a escasos metros de donde el usuario este de pie. Loa combi tiene que pasar enfrentito de él o ella para que el (la) cabrón(a) culo gordo no se vaya a cansar (Me ha tocado ver, cuando salgo de la escuela, a pendejetes quienes, sin importar que la combi se detuvo a tan solo tres metros de ellos, esperan a que avance hasta el sitio donde están para subirse, provocando el enojo del chofer, de los pasajeros y de su servilleta, debido al frenazo). Pinches egoístas hijosdeputa.
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En Europa y el resto del mundo civilizado, la ruta que cada camión sigue esta especificada en cada parada de autobús. En la parada se indica obviamente en que parada estas, y el sentido que sigue el camión. Además, dentro de cada autobús, hay sendos diagramas de la ruta que el autobús sigue. Algunos de ellos tienen incluso foquitos que te indican cuál fue la última parada que pasaste.
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Mientras que aquí, debes saberte a huevo la ruta que sigue el camión, o de lo contrario eres un pinche pendejo que no se sabe mover por la ciudad. Ya sé que el vehículo lleva un letrero, generalmente negro y con letras fosforescentes (que por cierto se ve muy pinche naco) que te dice el destino del vehículo. Pero aún así, no todos tienen la misma oportunidad de saber por donde pasa, o cual es el trayecto que sigue dicho vehículo para alcanzar su destino. De hecho, muchos vehículos no siguen una misma ruta siempre.
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Y claro, no debemos olvidar que en el mundo civilizado, los autobuses son limpios, seguros, eficientes, cómodos y en buen estado. Mientras que aquí vemos los camiones del año de la canica oxidados, asquerosos, con música mierdera (bendito el cabrón que invento los audifonos) saturados y soltando mas smog que Chernobyl (Algo así dice la letra de una canción de Ricardo Arjona).
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Y ni hablemos de los taxis. En Europa, más concretamente en Inglaterra, a aquellos que desean conducir un taci, se les aplican pruebas de manejo, y un examen en el que se evalúa que tan bien conocen la ruta sobre la cual van a trabajar. No como aquí donde cualquier pendejo con un vocho (el clásico Volkswagen Beetle para los que no sean mexicanos) puede pintarlo de verde y andar de taxista.
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Estoy casi seguro que varios dirán “Pues no es nada más de que te quejes cabrón, da soluciones también”. Y es que ese es precisamente el problema. Soluciones se han dado, y muchas, carajo, esta entrada es una lista de soluciones, pero lo que falta aquí es que cada ciudadano de este país bananero, principalmente los chilangos, (y antes de que me digan cualquier cosa, yo soy chilango, el buen juez por su casa empieza) se responsabilice de sí mismo, y que deje esa mentalidad de “es que es obligación del gobierno” (como ya lo discutí en
esta entrada).
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Sir David von Templo, Cambio y Fuera

1 comentario:

Alexander Strauffon dijo...

Que onda, chavo.

Asi que eres del DF? No sabia, fijate.

El Spawny es de alla tambien!