Sobre la relación histórica de la Iglesia Católica y el movimiento Nazi, o sobre la hijoputez de Benedicto XVI

A lo mejor por los desmadres del Bicentenario pocos de ustedes se hayan enterado de esta noticia (aunque estoy casi seguro que los lectores habituales de este pinchurriento blog si han haber oído hablar de esto): Durante su viaje en el Reino Unido, el mafioso mayor de la Iglesia Católica Apestólica Pederasta, Joseph Ratzinger, conocido por sus seguidores y los medios de comunicación como Benedicto XVI, y por sujetos ociosos e irrespetuosos (como su servilleta) como Darth Ratzinger, mencionó que: “la tiranía nazi deseaba erradicar a Dios de la sociedad”. También agregó el senil jefe de estado y sacerdote que “Al reflexionar sobre las lecciones sobrias del ateísmo extremista del siglo XX, no olvidemos nunca cómo la exclusión de Dios, de la religión y de la virtud de la vida pública lleva últimamente a una visión truncada del hombre y la sociedad.”
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El catolicismo suele vincular el ateísmo, el agnosticismo, o el simple repudio hacia la Iglesia Católica con los regímenes dictatoriales, totalitarios y autoritarios (ya me parezco a la ridícula de la Adela Micha con tanto sinónimo) del siglo XX. Para el sujeto creyente y devoto esto será casi una tautología, ya que se supone que el catolicismo (y quiero recalcar él SE SUPONE) esta religión profesa el amor al prójimo, el respeto y la tolerancia. Pero, la historia nos muestra que esto no es cierto. Puede que el vínculo parezca palpable cuando hablamos de monstruos como Stalin, Mao, Pot Pol, y Hussein, pero cuando nos referimos a otros monstruos como Franco, los Duvalier, o los dictadores latinoamericanos como Pinochet, esta mentira sencillamente vale madre. Independientemente de esto, los jerarcas católicos utilizan como ejemplo de su pseudo argumento la dictadura de Adolf Hitler durante la Alemania de la Segunda Guerra Mundial.
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Pero hay que tomar en cuenta que los creyentes de la media no son precisamente las personas más críticas que existen, y que por ende, pueden caer fácilmente en estas mentiras, más falsas que un billete de tres dólares. Por ende, estos padrecitos cabrones pueden seguir viéndole la cara de pendejos a los que se dejen.
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Por estas declaraciones, cientos de ateos, y gente que no simpatiza con los jerarcas católicos en el globo, (incluidos los católicos pensantes) se han sentido ofendidos, y no es para menos ¿Quién no se sentiría ofendido si lo comparan con Hitler? (quizá Eric Cartman). Pero esta no es la primera vez que la Iglesia Católica utiliza la figura de Hitler para descalificar al ateísmo.
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Hace diez años, el papa Juan Pablo II declaró (y cito textualmente): “Sólo una ideología sin Dios puede planificar y ejecutar el exterminio de todo un pueblo.” A los judíos que saben algo de historia les debe constar que esto es una chingadera; donde más sufrieron, antes del siglo XX, debe haber sido en la España de los Reyes Católicos y en sus muy devotas colonias americanas, donde el antisemitismo de raíz cristiana perdura (gracias al yuppie esquizofrénico conocido como Ignacio de Loyola), como así también en la Europa protestante, forjada por aquel Lutero que escribió todo un tratado “Sobre los judíos y sus mentiras”, y en la ortodoxa, piadosisíma Rusia zarista, que legó a la historia la palabra pogrom. El antisemitismo brota fértil de aquella pretendida admisión de culpa del pueblo judío por la muerte de Jesús en el Evangelio de Mateo, y de las culpas implícitamente cargadas a “los judíos” por Juan.
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Lo malo es que la mentira del ateísmo de Hitler y del nazismo está tan arraigado que no sirve de nada repetirles a los propagandistas católicos y sus víctimas ignorantes lo que es archisabido y comprobable con una simple búsqueda en la Wikipedia o en cualquier libro de historia:

>>>>>Hitler fue bautizado y criado como católico

>>>>>El nazismo daba lugar a un conglomerado difuso de cristianismo y religiosidad pseudopagana.

>>>>>Hitler, basado en los libros de cabecera de su juventud, escritos por la pseudo mística conocida como madame Blavlaski, intento demostrar (infructuosamente) que Jesucristo no era judío, sino ario. (De hecho eso fue inútil porque nunca falto algún soldado cabezón que quitaba los crucifijos de las salas de maternidad porque no quería “que lo primero que viera un niño ario fuera un judío”)

>>>>>La Iglesia Católica pactó con un Concordato con Hitler.

>>>>>Hitler proclamó públicamente su deseo de exterminar a los movimientos ateos, que la educación religiosa fue obligatoria en Alemania por su orden, y que los soldados alemanas llevaban la divisa Gott mit uns (“Dios con nosotros”)

>>>>>La inmensa mayoría de los votantes que llevaron al nazismo al poder, la mayoría de los soldados que lo sostuvieron y la mayoría de los que ejecutaron el Holocausto eran protestantes o católicos.

>>>>>La Iglesia católica apoyo la candidatura de Hitler como canciller de Alemania desde un principio como claramente muestra este poster.

Y para los que no saben hablar alemán, pues les traduzco el papelito este:
¿Por qué el católico debe votar por la lista parlamentaria de Adolf Hitler? Porque en el estado nacionalsocialista, intrínsecamente y a través del Reichskonkordat

1) La Fe es protegida,
2) La paz con la Iglesia queda asegurada,
3) Se resguarda la moral pública,
4) Se santifica el domingo,
5) Se mantienen las escuelas católicas,
6) La conciencia del católico ya no es presionada,
7) El católico tiene derechos igualitarios ante la ley y en la vida nacional,
8) Las organizaciones y asociaciones católicas, en tanto sirvan exclusivamente a propósitos religiosos, caritativos y culturales, pueden operar libremente.

Por eso un católico, este 12 de noviembre, debe votar así:

Referendum: sí
Elección parlamentaria: Adolf Hitler

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Lo bueno fue que casi veinte mil personas protestaron contra la visita del Papa en Londres. El ateo más famoso del mundo Richard Dawkins se aventó un buen choro contra sus manifestaciones anti-ateas y distorsivas de la historia. Ni que decir que la prensa católica y el mismo Darth Ratzinger están dando pena ajena, comparando la crítica y el ridículo a los católicos con un “martirio” (pinches nenas) y llamando al papa “valiente” (como si viajar a todo lujo, con operativo de seguridad y gastos pagos por un país donde no se permite a ningún opositor a él acercarse a menos de un kilómetro requiriera mucha valentía). Es realmente reconfortante saber que no toda la gente del mundo es pendeja, y que ya no se tragan tan fácilmente las mentiras de un viejito corrupto, acumulador de capital, protector de pedófilos e indiferente al sufrimiento humano, ¿no lo creen?
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Sir David von Templo, Cambio y fuera